En años recientes es más frecuente escuchar el término gobierno corporativo. El término se ha hecho recurrente, aunque se tenga poca certeza de su verdadero significado y alcance, restringido a unas cuantas empresas que cotizaban en los mercados bursátiles o a las grandes corporaciones transnacionales.
El gobierno corporativo (GC, en adelante), se puede comprender más allá de un cumplimiento regulatorio, encontrándose dentro de lo que denominamos generación de valor para la organización. Así, pues, el GC, otrora concepto desconocido, ha ido ganando terreno en la actualidad hasta ocupar un lugar preponderante en la agenda de la Alta Dirección de las organizaciones, tanto en la gestión como estratégicamente.
Las mejores prácticas del GC se han difundido y existe una tendencia global a seguirlas, pasando de unas cuantas empresas privilegiadas que cotizan en bolsa hasta alcanzar todo tipo de organización humana, ya sea del rubro industrial, comercial, organismos públicos, llegando a ONGs, fundaciones y personas morales.
Conforme a esta tendencia, instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Grupo de los veinte (G20) han publicado libros blancos con los principios del GC, fungiendo como una suerte de recomendación universal para todas las organizaciones, apoyando la adopción e implementación progresiva de estos principios.
En México, por ejemplo, hay expresas menciones de los principios de las buenas prácticas en el Reglamento de Juegos y Sorteos (2004) o en la Ley del Mercado de Valores, así como en las recomendaciones del Consejo Coordinador Empresarial, solo por mencionar algunos casos.
Un caso muy claro de la aplicación de estos principios y prácticas del buen gobierno corporativo en México, son las nuevas obligaciones del SAT con las donatarias autorizadas (asociaciones civiles y fundaciones en México) que deben transparentar los recursos recibidos (declaración anual de información transparente) e incluso superando un monto de ingresos anuales (100 millones de MXN) que deben comprobarse mediante la realización de las mejores prácticas del GC.
Es posible dar muchos ejemplos de desgobierno corporativo en ámbitos mercantiles y personas morales de todos los ámbitos: fundaciones, escuelas de enseñanza, investigación, etc., Asimismo, es posible evidenciar a un gran número de administraciones que no siguen las prácticas del GC como están constituidas, o bien que continúan siendo oscuras en cuanto a su gestión, discriminadoras, y que muchas veces infringen la ley.
Del mismo modo, es posible ver que están inmersa en ámbitos de impunidad y corrupción elevados, que no se manejan con responsabilidad social, maltratan a las personas, irrespetan a sus empleados, en pocas palabras, que se saltan las reglas y mejores principios del Gobierno Corporativo.
Estas prácticas que operan al margen del GC, son las que evidencian el desencanto social y en las cuales debemos estar determinados para eliminarlas. Si acudimos a la memoria histórica, es posible recordar organizaciones, algunas tan cercanas como escuelas y liceos internacionales de la Ciudad de México, que en el fondo atentan contra su propio prestigio institucional.
Los beneficios de esas implementaciones puedan verse a corto, mediano y largo plazo, ya que conducirse por estas reglas siempre es benéfico para mejores prácticas sociales y administrativas. Dentro de los beneficios más evidentes, se encuentran los siguientes:
Se acabaron los nepotismos, la conculcación de derechos de los accionistas minoritarios, la discriminación de las mujeres en puestos de la organización, las oscuridades en la gestión de las organizaciones, la irresponsabilidad social, el desprecio al medio ambiente, se terminaron los caprichos y egoísmo de unos pocos dirigentes.
Doctor en Derecho y Maestro en administración de negocios (MBA), catedrático de TN University.
Fue juez del TSJPV en España, y profesor en West Hill Institute , Alliant University, así como en instituciones mexicanas como Universidad Iberoamericana, Universidad Anáhuac, Universidad Cristóbal Colón de Veracruz, Universidad de Desarrollo empresarial y pedagógico (UNIVDEP), Escuela comercial de la cámara de comercio (ECCC), Escuela de Postgrado en Derecho (EPED), Instituto Nacional de Derecho penal (INDEPAC) , Instituto de Estudios de Postgrado en comercio Internacional (IEPCI), entre otras. Es miembro del Consejo académico del Instituto Nacional de Estudios Superiores en Administración de Casinos (ESAC)